El «dividendo demográfico»

The Flickr Portrait Gallery Hall of Excellence 2007 (II)

En un artículo del The Economist del 22 de Octubre, se comentaba un concepto que me parece tremendamente interesante y que pienso explica en gran medida el boom económico de España en las últimas décadas: el «dividendo demográfico

El fenómeno hace referencia a los años (o décadas) en los que un país tiene: (1) pocos ancianos que mantener, (2) mucha población activa debido a una alta natalidad pasada, y (3) pocos niños, debido a una drástica bajada en la natalidad. Esto ayuda a que más mujeres puedan incorporarse al mercado laboral, aumentando la productividad del país y el ingreso familiar. En pocas palabras, se trata de países con pirámides demográficas que más bien parecen «rombos achatados».

El «dividendo demográfico» tiene un sólo problema: se acaba.

¿La actual crisis económica española es consecuencia de esto? No lo se. Quizá sí en cuanto que este dividendo ha creado una burbuja que no hemos sabido controlar. Pero no en cuanto que nuestro «rombo» aún no se ha convertido en una «pirámide invertida». Llegará para cuando la mayoría de los lectores de este blog estemos por jubilarnos.

¿Nos traerá esto otra gran crisis? Pienso que sí, pero con la que está cayendo, ¿quién tiene hoy interés en hablar de ello?

El habitante 7.000 millones

Según Naciones Unidas, ayer nació el habitante 7000 millones. En realidad, nadie sabe si fue ayer, pero queda bien poner día y cara a ese distinguido habitante.

¡7000 millones! ¿Es eso mucho? Según The Economist, nos llevó 250.000 años llegar a los 1000 millones, y fue más o menos en 1800. En 1960 ya éramos 3.000 millones, y en 2060 seremos 9.615 millones. ¿En 2100? 10.124 millones.  Ya se ve que en la historia moderna hemos vivido una gran aceleración de la población, pero esta ha sido  rápidamente mitigada por el descenso en las tasas de natalidad.

2600 millones de habitantes más en 50 años. ¿Qué significa esto para los mercados?

En primer lugar, muchos más clientes. Y la mayoría de ellos, en países que gozan hoy de un gran crecimiento económico (China, India y muchos países de América Latina y África). Países que están, por fin, consiguiendo destruir pobreza y crear muchos, muchísimos ricos. Ricos que van a manejar gran parte de las empresas, de la innovación y de las decisiones importantes del futuro.

Este crecimiento demográfico, unido al crecimiento del PIB de estos países, lleva a una presión en el precio de los commodities. Hoy, por ejemplo, el precio del maíz está en máximos históricos. ¿Fue twitter el principal causante de la primavera árabe o más bien un aumento de la inflación en la alimentación básica?

¿Por cuánto tiempo seguirán tan altos? Quizá por mucho, ya que al parecer la demanda de biocombustible, el bajo crecimiento de la superficie cultivable y el cambio climático hacen que la oferta no crezca tan rápido como la demanda. Claro que en el pasado, la productividad agraria ha batido las expectativas de los más optimistas.

Con commodities por las nubes o no, sí parece claro que la vieja Europa se empobrece y que el epicentro de la demanda y de la oferta se traslada a otros lugares. Quizá para siempre.

Foto: By EveryKingdom

Inmigración: ¿solución al envejecimiento?

En mi primer post “En Europa, mucho más viejos“, trataba el problema del rápido envejecimiento de nuestra población. Un problema que es especialmente grave en España y que, en mi opinión, caerá sobre nuestra economía como una losa de un modo más brutal de lo que lo está haciendo la actual crisis económica. A nuestros economistas les preocupa la sostenibilidad del sistema de pensiones, y mucho, como resumía la semana pasada mi colega Javier Díaz-Giménez en la COPE. A nuestros políticos no les interesa… después de todo, nos azotará dentro de 20 o 30 años.

Pero el problema llegará. Y la mayoría de los que estamos leyendo este blog, lo viviremos en nuestra vida profesional, a medida que nos acerquemos a nuestra jubilación. El sistema de pensiones es parte del problema, pero el envejecimiento se llevará más cosas por el camino. Tendremos clientes más viejos, con menor renta, menos dispuestos a adoptar innovaciones… Y por mucho Botox que se inyecten, serán más guapos, pero quizá no más ricos.

Vayamos al objeto de este post: Cuando hablo del alarmante envejecimiento de la población siempre alguien me dice… “¿Y la inmigración? ¡No has contado con la inmigración!”. Entonces el argumento gira sobre la poca inmigración que había en España hace 10 años, la mucha que hay hoy, y lo que les debemos por haber venido a ocupar los puestos de trabajo que los españoles no queríamos ver ni en pintura. Hasta aquí estoy de acuerdo.

Sin embargo, el éxito de la inmigración como motor económico y como fuente de productividad en el pasado, no prueba que vaya a ser la solución a nuestros problemas en el futuro. ¿Cuántos inmigrantes necesitaremos para mantener “joven” la población en España? Dos datos: en 2010 el ratio de dependencia (personas personas mayores de 64 / entre 20 y 64 años) fue de 0,26 y en 2050 será de 0,65. Es decir hoy tenemos aproximadamente 3,77 personas trabajando por cada jubilado, y en 2050 serán 1,53 (Fuente: INE).

Una fuerte inmigración en la banda de edad de menos de 59 años podría mejorar este ratio de dependencia, pero… ¿cuánta inmigración haría falta para mantener en 2050 el ratio de 2010? Haz las cuentas: ¡34,2 millones más! ¿Puede España acoger, en una coyuntura de paro como la actual tanta inmigración? A mi me parece que la inmigración ha sido un fenómeno muy positivo para España, económica y socialmente, pero… ¿Será parte de la solución en el futuro? ¿Cómo cambiará el consumo?

Foto: Originally uploaded by massimo sbreni

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