La semana pasada asistí a la conferencia que en el IESE dieron Ignacio Gómez-Sancha e Ignacio Núñez, productores de la película Encontrarás Dragones, que se estrenará el próximo 25 de Marzo. Dirigida por Roland Joffé (La Misión) y protagonizada por Charlie Cox (El Mercader de Venecia), Wes Bentley (American Beauty), Olga Kurylenko (Quantum of Solace) y Dougray Scott (Misión Imposible II), la película narra parte de la vida de dos amigos, uno de ellos San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei.
Pero, ¿qué son los dragones? ¿Por qué este enigmático título? Joffé se inspira en los mapas antiguos, pues en los territorios no explorados se escribía “hic sunt dracones”, o “aquí hay dragones”. Para Joffé los distintos desafíos que encontramos en la vida son nuestros propios dragones: el miedo, el rencor, el odio, el deseo de venganza y de justicia… De alguna manera, los dragones tratan de separarnos de la excelencia para la que fuimos creados. Y cuando los encontramos, debemos decidir qué opción tomar. Joffé, agnóstico y trotskista en su juventud, ambienta la película en la guerra civil española y muestra con maestría uno de los temas que más le obsesionan: el perdón.
Pero no destriparé aquí la película. Tampoco hablaré de la estrategia de marketing del lanzamiento. Hoy me quiero centrar en los dragones.
Mientras escuchaba a Gómez-Sancha y a Nuñez, me daba cuenta de los dragones que ellos mismos han encontrado en esta aventura empresarial. Dos amigos sin experiencia alguna en cine, se lanzaron a impulsar este proyecto. Empezando por la gestación de la idea, siguiendo por su financiación (¡más de 30 millones de dólares!), el seguimiento de la producción y, ahora, su promoción. Han realizado más de 500 presentaciones a inversores en 14 países distintos, han tenido que aprender a lidiar con artistas de renombre, han negociado con poderosas distribuidoras de cine y ahora se enfrentan al mayor de sus dragones: la taquilla.
Si nuestros empresarios y directivos tuvieran ese arrojo, otro gallo nos cantaría. Y me preguntaba cuáles son, en esta crisis galopante, sus dragones: mantener fábricas a flote, entrar en otros países, innovar en productos y servicios, o la necesidad de romper con décadas de mediocridad y complacencia.
¿Y qué hay de la sociedad civil? Le echamos la culpa a los políticos de nuestra situación, pero no toda la tienen ellos. Hemos vivido muy por encima de nuestras posibilidades, para encontrarnos de pronto con el fantasma del paro. Nos creemos con derechos por los que no hemos luchado, y educamos a nuestros hijos en la gratificación instantánea, mientras las madres de sociedades menos desarrolladas educan a los suyos en la más férrea de las exigencias.
¿Cuáles son, en vuestra opinión, nuestros dragones?
Foto: Meet Dragon, by Fernando Gregory
Haberlos, hailos, pero ¡no me dan miedo los dragones! Yo tengo una espada poderosa, que puede más que cualquier dragón: la fe. Así que en mi caso, solo tengo que tener la escucha atenta, los valores sólidos, y veré al dragón que viene por una esquina agazapado, ¡para darle un buen espadazo y dejarlo KO! A medida que mi empresa va creciendo, la gente me pregunta “Maca, ¿no tienes miedo con los tiempos que corren?”. “¡¡¡No!!!, les grito yo ¡En los tiempos que corren lo que menos hay que tener es miedo!” Así que a todos los seguidores de Julián: ¡Ánimo, a por los dragones!
Gracias Maca por tu optimismo!
Tenemos otro dragon: la ceguera que afecta al empresario y trabajador. El primero cree no ve que necesita del otro y viceversa. Hoy en dia creemos que la confrontación nos permitirá mejores dividendos; pero sería mas si todos vamos del mismo lado. No somos enemigos sino personas diferentes en la búsqueda de bienestar.
Muy de acuerdo contigo. Hay que prestigiar al empresario y, al mismo tiempo, aumentar la responsabilidad de la empresa hacia todos los “stakeholders” pero, hacia sus trabajadores muy especialmente.
Hola Julián,
La verdad es que como asistente igualmente a la sesión de “encontrarás dragones” comentarte mi sincera opinión. Creo que los primeros dragones que nos encontramos somos nosotros mismos. La situación que estamos viviendo nos acerca hacia pensamientos conservadores, que miran al pasado y juzgan fácilmente a nuestros semejantes en el presente. Debemos ser capaces de asumir nuestra responsabilidad y dar pasos de cambio. Los Ignacios (productores) han sido valientes y han dado un paso muy destacable. Creo que podemos hacer a nivel particular muchas cosas (quizás con mucho menos dinero levantado). Propongo centrarnos en buscar el elemento diferencia de aquello que nos gustaría hacer y potenciarlo de cara a nuevas inicitivas de crecimiento o desarrollo empresarial. Lo comentaba con algún amigo que también asistió a la sesión y coincidíamos en que la mejor herramienta para emprender es la ilusión y compromiso por querer hacerlo, estamos por tanto, ante una exigencia importante: edúcate en ser tu mismo excelente para exigir responsabilidades en otros. Abre tus ojos y reconoce a tus dragones.
Vamos a intentarlo entre todos!!! Ánimo y mucha suerte en la taquilla!!
Gracias Carlos. Efectivamente, los dragones están en nosotros mismos. Me gusta mucho tu reflexión y, mientras la leía, me acordaba de un amigo que pese a sufrir un grave revés económico en esta crisis, no deja de luchar en nuevas aventuras empresariales. Esas son las personas que levantarán este país.
Creo que los dragones de los empresarios pueden ser los mismos que los de los políticos, y en general que todas las personas… El miedo a la verdad, a descubrir que hay algo que no nos gusta, algo que anda mal y que necesita ser arreglado.
Sí, el miedo es el que nos impide luchar contra nuestros dragones, que siempre están ahí.
Hola Julián,
Abres diferentes cuestiones y debates en tu post que intentaré comentatr paso a paso.
Los dragones son nuestras propias limitaciones, en el caso de los “dos Ignacios” las motivaciones creo que “trascedentes” derrotan a los dragones. Cada uno tenemos que encontrar nuestras motivaciones para que luchen contra nuestros propios dragones.
En cuanto a los empresarios, estamos en un momento donde los verdaderos empresarios saltan fortalecidos de estos años; creo que se están de alguna forma filtrando los empresarios con verdadero talento.
En relación a la sociedad civil, tengo diferentes reflexiones: Qué poder tiene la sociedad civil en un entorno bipartidista con una frecuenciade sucesión de 4 años? El poder de la sociedad civil solo se verá potenciado bajo la protesta constante?
La sociedad civil ha vivido en su mayoría por encima de sus posbilidades, pero debemos tener desde mi punto de vista dos cosas en cuenta: 1) el fuerte arriago de posesión que hay en España (sobre todo relacionado con la vivienda) 2)los años que el sistema crediticio (no solo en españa) estuvo totalmente descontrolado. No solamente la responsabilidad es de la sociedad civil.
Totalmente de acuerdo que nuestros dragones somos nosotros mismos en forma de lo desconocido, el enfrentarse a nuevas situaciones, nuestras dudas sobre la capacitación, el riesgo de disminuir nuestro nivel de vida…Como he comentado antes a los dragones solo se les vence desde las motivaciones; y aquí pondríamos abrir otro debate en relación a cómo encontrar nuestras verdaderas motivaciones?
Isaac
En el cine español hace mucha falta un enfoque más looking for dragons… en el cine, y en otros sectores. Deseo suerte a los productores y espero con ansias análisis posteriores en este blog del fenómeno therebedragons. Bon voyage!
Gracias Elvira. A ver qué tal les va. Si les va bien, prometo un post. Si les va mal, sería demasiado triste…
Julián, tu post me parece muy interesante. Pero no estoy de acuerdo con varios puntos. Sobre todo con lo de que “nos creemos con derechos por los que no hemos luchado”. Como mujer y madre, he luchado por mis derechos y sigo aún destripando dragones ajenos en la esperanza de que mi hija lo tenga más fácil. Mientras tanto, peleo con mis propios dragones que me llaman a mantenerme tranquilita y no sulfurarme con la injusticia en la que chapoteamos cada día. ¡Ah! me encantó la charla de los Ignacios, tan “droite divine”.
Gracias Alicia. Quizá yo soy un pesimista empedernido. Y seguro que tú sí luchas por tus derechos. Todos luchamos de algún modo. Pero unos más y otros menos.
A lo que me refería con este comentario es que en todas las sociedades de alguna manera nos olvidamos de lo mucho que tenemos gracias al esfuerzo de generaciones anteriores. Pero, sin embargo, algunas sociedades se han acomodado (¿la nuestra?) mientras que otras tienen más ilusión por trabajar (¿China?).
Te recomiendo leer este discurso de Solzhenitsyn en Harvard: http://bit.ly/eLAKB0. Él lo explica mucho mejor que yo.