Proteger la familia en la red

En la playa

Me sugiere Gustavo García-Mansilla (uno de mis más asiduos blog-lectores) que escriba sobre la decisión de Apple de no distribuir el último número de la revista Esquire, en la que se utilizan imágenes subidas de tono de la supuestamente “sexiest woman alive”. La decisión ha tenido una gran repercusión mediática. Sin embargo, esta no es la primera vez que Apple ha censurado ciertos contenidos, como por ejemplo la revista Stern o el periódico Bild.

De hecho, Steve Jobs ha repetido varias veces que no quiere porno en su iPad. Después de varias semanas, Hearst ha “pasado por el aro” de Apple y ha censurado ciertas imgágenes de ese número de Esquire, que ya está disponible en el App Store. Sin embargo, Mashable critica que Apple vende una aplicación de Playboy y otras equiparables a las censuradas.

En España está prohibido por ley la exhibición de ciertas revistas en los kioscos. Prohibición que muchos kiosqueros se saltan a la torera. En otros países, estas revistas deben ir empaquetadas con un plástico negro que sólo permite leer el título. Aquí no, Spain is different, y la ley no se cumple. Después de todo, hay miles de kiosqueros, un gobierno apático y mucho consumidor cobarde.

Y en la red, donde tantos entusiastas de la libertad mal entendida dicen que restringir ciertos contenidos es inútil, Apple pone restricciones. Y los editores se tienen que cuadrar. Apple ha dado un paso, quizá de tortuga, pero un paso al fin y al cabo.

¿Será que al final es más fácil controlar ciertos contenidos en el mundo online que en el offline? ¿Cómo es posible que empresas privadas vayan por delante de la ley al mismo tiempo que nuestros gobiernos no hacen cumplir las leyes que ya existen?

Foto: “En la playa”, de Julian Villanueva

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