Marvel quebró en los 90. Pero cuando Peter Cuneo tomó las riendas del negocio en 1999, se dió cuenta que la empresa era una mina de oro. El oro eran sus más de 4500 personajes y sus miles de historias. Teniendo fe en su propiedad intelectual, su capacidad de I+D (la generación de personajes e historias en sus cómics), decidió revitalizar algunos personajes. Con ese objetivo, llegó a un acuerdo con Sony para producir “Spiderman”, que luego dio lugar a otros acuerdos con otras productoras. Si bien “Spiderman” fue un super éxito en taquilla, la mayoría del retorno económico se lo llevó Sony.
No obstante, Marvel fue capaz de conseguir importantes retornos comerciales (a través de la venta de juguetes, videojuegos y merchadising). Después, le dieron puerta a las productoras, y se pusieron a producir ellos mismos. No les asustó el viejo refrán de “zapatero a tus zapatos”. Marvel se vendió a Disney a finales de 2009 por una suma nada despreciable.
A la prensa le ocurre algo similar de lo que le ocurría a Marvel hace una década. Se encuentra al borde del colapso, pero tiene más de lo que cuentan los balances. Pensemos en uno de los grandes diarios… Tiene una alta tirada, un gran equipo de periodistas, y una alta cuota de un mercado, eso sí, en declive. Pero sobre todo tiene dos grandes activos: lectores y contenido. Lectores que quieren la marca… quizá sus abuelos, sus padres, y ellos desde jóvenes se han embebido de las noticias de aquél diario. Aquél diario, en cierta medida, les ha hecho ser de un modo y no de otro, les ha ayudado a esculpir su pensamiento. Saben que es sesgado, pero precisamente por eso lo leen.
¿Y qué hace ese diario que tiene tantos lectores y tanto contenido? Pues tratar de exportar su modelo de negocio del papel a internet. O le cobro al lector, o le cobro al anunciante. Y no funciona, porque el anunciante paga menos que en el papel y el lector no quiere pagar nada. Si Marvel se hubiese empecinado en vender cómics online como mecanismo para reflotar la empresa… hoy quizá no tendríamos Marvel. Quizá ha llegado el momento de que el zapatero se ponga a confeccionar zapatillas de deporte, que son más feas, pero también sirven para caminar.
En mi opinión, la prensa necesita reinventarse. ¿Qué se puede hacer si se tienen lectores y contenido? ¿No podrían haber lanzado una especie de facebook local? ¿Una red social de recetas locales? ¿Una red social de restaurantes? ¿Un nuevo diario online con firmas selectas de opinión? ¿Un club de ventas online? Hay muchas ideas que ya están tomadas, en donde ya es difícil desplazar al líder. Pero hay muchas otras ideas que no lo están.
Quizá la primera pregunta que tendría que hacerse la prensa es “¿En qué negocio estamos?” Hace décadas que Theodore Levitt dijo que si las compañías de ferrocarriles hubiesen pensado que estaban en el negocio del transporte en vez de en el negocio del ferrocarril, habrían sobrevivido. ¿En qué negocio está la prensa? ¿En el de informar? ¿En el de influir? ¿En el de salvar a la democracia? ¿O en el de proveer a los anunciantes impactos publicitarios?
Foto: a w0s, Originally uploaded by Leenda K
La diferencia es que Marvel no se prostituyó en todo su recorrido noventero, y si estuvo al borde de la quiebra no fue porque su modelo de negocio se había literalmente desvanecido (Internet todavía no era un factor), sino porque cayó en manos de desaprensivos amigos de los bonos basura.
Una lectura estupenda sobre este tema es un libro que ya tiene sus añitos, “Comic Wars”.
Me miraré ese libro. Es verdad que cayó en manos de especuladores, pero su negocio de comics no iba bien… cada vez vendían menos y tenían menos puntos de venta… o eso tenía yo entendido.
Muy buen post Julián. Creo firmemente que ese es el camino, llevo tiempo pensando que grupos como el mio tienen que tender a potenciar de forma prioritaria la “extensibilidad” de la marca, más allá de su negocio tradicional (Por un lado tienes la autoridad y el respeto de centenares de miles de lectores, y las empresas se entusiasman con cualquier posibilidad de colaboración contigo).
También hay que dejar espacio para ideas raras. El problema es que si no eres el primero, la economía de red del que lo sea te anula. Estamos perdiendo muy buenas oportunidades y es una pena por todos, porque la prensa contribuye a tener a raya a los políticos, como en una ocasión te oí decir. espero que cada uno en nuestras compañías tengamos oportunidad de aportar ideas, pq, en ocasiones, estas son demasiado jerarquizadas. Es muy difícil hacerse notar y que se fijen en que quizás puedas aportar…
Efectivamente, qué difícil es innovar para el que está en un negocio que apenas ha cambiado en más de un siglo. Yo creo que allí está el problema… ¿cómo dejar espacio a la creatividad y a probar cosas “raras”? Creo que deberíais estudiar más de cerca Google, pues creo que ellos lo están consiguiendo. No me refiero a copiarles, sino a aprender de cómo se organizan para innovar.
Menudas preguntas las últimas. Ojalá tu artículo llegara a muchos del sector. Me encantaría ver qué contestan. Me inclino por una divergencia de opiniones.
Me encantan tus escritos. Y las fotos, claro. Me pregunto si las fotos las encuentras para los escritos o te inspiran los escritos. Both things están geniales.
Gracias Macarena! Los escritos primero… aunque quizá debería probar al revés, a ver qué me sale 🙂
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Parafresaeando a Levitt la prensa tradicional ha perdido el tren, precisamente porque han pensado que estaban en el negocio del “ferrocarril” y no en el del “transporte”. Internet le ha hecho un daño letal, pero sin intención. Simplemente, las cosas se han dado así. Hace unos años ocurrió un fenómeno que debió alertar a los empresarios de los medios: la aparición de portales de anuncios que lastró los resultados de los clasificados (gran vaca lechera de los periódicos); los emprendendores digitales se llevaron el gato al agua. Luego salieron a comprarlos y, nuevamente, a aplicarles las fórmulas de estrategia y gestión del modelo de negocio en papel (al menos en cuanto a la estructura).
Cuando, a finales de los 90 e inicios del 2000, tocaba tener visibilidad en Internet (el concepto era “hay que estar allí”) a la industria en su conjunto se le ocurrió que la fórmula era regalar sus contenidos porque así generaban tráfico y visibilidad. Igual que si a Marvel se le hubiera ocurrido regalar Barbies por Internet para salvarse… Era lo que tocaba, pero fue el inicio del fin. Aún y con todo esto yo veo esperanza en el futuro, siempre que los medios vuelvan a sus fundamentals: calidad, contenidos, periodismo, información con valor, investigación. Los valores son los de siempre, lo que cambia (y ya no volverá) es el modelo, hay que romper paradigmas, liberar la innovación y pensar en gestionar con otras variables: flexibilidad, estructuras pequeñas, equipos creativos casi de “guerrilla” (a lo Google en sus inicios) y, sobre todo, perder el miedo al cambio.