Este año traté de comprar entradas para “Agosto: Condado Osage”, una obra de teatro de Tracy Letts, que había visto en NY hace un par de años y que me había encantado. La obra estaba totalmente vendida al poco tiempo de salir a la venta.
Comenté en clase, ante un grupo de directivos del mundo de la cultura española, que claramente sus productores se habían equivocado en el precio. Deberían haber aplicado técnicas de yield management y haber subido los precios descaradamente. Pero la respuesta de una de las personas que me escuchaba fue que eso no habría sido justo, ya que esa obra ha recibido subvenciones, y por tanto debe tener un precio “social”.
No es que yo quiera criticar a los productores de “Agosto”. Al menos esta obra sí la quiere ver el público. Pero la respuesta me dejó pensativo. ¿No tendría más sentido subir el precio y devolver la subvención? ¿O subir el precio y reservar un porcentaje de las butacas para estudiantes y parados?
¿Qué pensáis?
El concepto subvención debería estar asociado al de financiación, de modo que, en caso de obtenerse beneficios, el “crédito blando” debe ser devuelto.
Buenos días Julián,
Es muy interesante el contenido de este post. Estoy de acuerdo con tu punto de vista, no tiene sentido que una obra de teatro cuyo precio podría ser más elevado tenga que estar con un precio tan bajo porque reciba una subvención.
Tenemos que ser más imaginativos y plantear escenarios de colaboración pública privada más eficientes, se podrían buscar modelos de compartición de ingresos, subvenciones por tramos o vinculadas a rendimiento. Una subvención, creo que no puede ser una resistencia al cruce de la oferta y demanda.
Por cierto, la obra me pareció excelente, una banda sonora muy cuidada y un elenco de actores de buen nivel. La historia…..un dramón. Objetivamente, el precio podría haber sido mucho más alto.
Siguiendo con el hilo de tu post, a lo mejor algún día podrías postear algo acerca de los precios de los conciertos de grandes bandas musicales . En un caso curioso de fijación de precios; seguramente podrían ser precios mucho mayores, pero en general son muy accesibles. En un curso de media al que asistí el ponente, muy formado en la materia, argumentó que esto era así para premiar la fidelidad de los fans (engament).
Un saludo,
Manuel Rodríguez
Hola Julián, has tocado un tema muy importante para mí la intervención pública en el mercado más allá de la labor de regulador o de interventor en el mismo.
Varios puntos que considero importantes:
1- Si la obra está en un sistema de libre mercado compitiendo con otras, yo entiendo que debería de
maximizar el beneficio y subir los precios.
2- Pero, hasta dónde subir precios? La utilización de dinero público para que unos se lucren en sus negocios privados sin generar beneficios adicionales a la sociedad no es algo muy justo. Tendríamos la inconsistencia socio-económica que aquéllos con un mayor nivel de renta capaces de pagar una entrada más cara se beneficiarían de ver una obra que ha sido subvencionada, frente a aquéllos con pocos recursos que serían paganos pero que no recibirían nada a cambio.
3 – Yo iría al fondo de esta cuestión: para qué recibe esta obra subvención? Cuál es el objetivo? Se ha cumplido este? Entiendo que hay otras obras que no reciben subvención. Por qué pasa esto con esta obra? Pasa muy a menudo con otras?
Para mí, este contexto es muy importante, porque puede indicar si la subvención es necesaria y cumple con sus objetivos (entiendo que no es la de que se lucren los productores, sino que hay algún objetivo subyacente más potente), así como establecer mecanismos para devolver el dinero recibido al resto de la sociedad (recordemos que el dinero se ha obtenido de los impuestos de todos los que los tax payers).
4- Quizás la forma más justa sería devolver el dinero al organismo que lo prestó incluso con un cierto margen de interés. Aunque quizás la forma más rápida y de menor coste pueda ser el compromiso de los productores de otorgar un % de descuento/entradas gratis a personas en situación más precaria (parados, jóvenes estudiantes, pensionistas, etc.). Así se disminuiría esa desigualdad a la hora de pagar impuestos y recibir servicios. De cualquier forma, entiendo que los empresarios deben devolver a la sociedad el capital prestado, sobre todo porque la sociedad estaría arriesgándose a perder su dinero si la obra pierde dinero y debería haber un contexto win-win en el caso de que a ellos les vaya bien.
5- En cualquier caso, creo que este no debería ser el caso de un negocio subvencionado: ya existen muchos emprendedores que arriesgan y ganan dinero en este sector. Pienso que esto es lo que pasa con el cine español: es un sector subvencionado en exceso lo que ha hecho que haya desembocado en un un sector abotargado con películas en las antípodas del gusto del consumidor (esto es lo que se refleja en las taquillas).
Gracias.
Un saludo,
Paco
Personalmente pienso que la cultura conviene que sea accesible para todo el mundo. Mejor, más barata. Y repetirla hasta que se agote la demanda. Con los beneficios, devolver la subvención.
Muchas gracias por tu blog.
Alberto