¿Está en crisis el sistema o estamos en crisis nosotros?

Where Angels Cry

Como ya comenté hace unos días, no me gustó nada la manera en la que los organizadores de #acampadasol aportaron soluciones. Se perdió mucho tiempo creando una asamblea que recogiese lo que a cada uno se le pasaba por la cabeza. Coincido con mi amigo Enrique Dans que recoger todas esas propuestas fue (es) una increíble pérdida de tiempo y divide a los indignados. Sin embargo, las cuatro propuestas de “mínimos” anunciadas hace pocos días son una gran noticia.  Los ciudadanos podemos y debemos exigir una democracia más participativa, una tolerancia cero hacia la corrupción, separación efectiva de los poderes públicos y mecanismos de control ciudadano. ¿Mínimos? ¿Quién dice mínimos?

En mi post de la semana pasada, muchos de los comentarios echaban la culpa de la actual crisis económica al “sistema”. ¿Y qué es el sistema? Cada uno llama “sistema” a una cosa diferente. Echar la culpa solamente a políticos, jueces y banqueros me parece una gran simplificación, porque no sólo ellos son el sistema. Aunque sí estoy de acuerdo en que a mayor poder, mayor responsabilidad. Estamos hartos de escuchar escándalos en la financiación de los partidos políticos, líderes que no se atreven a depurar responsabilidades por temor a que les salpique, sentencias sorprendentes de jueces con procedencia política, y cajas y bancos que han sido tremendamente irresponsables y que ahora son salvados con nuestros impuestos.

Pero, ¿qué hay de esta sociedad nuestra? ¿No tenemos que hacer también un examen de conciencia? Leía hace poco en la tercera de ABC a Enrique Rojas, explicando que cuando él se graduó, la psicología era considerada “rara” y de cómo hoy los psicólogos se habían convertido en médicos de cabecera. Al parecer, los casos de depresión, estrés y rupturas conyugales han aumentado drásticamente en España en las últimas dos décadas. Parece que a medida que comprábamos más coches, más casas, más electrónica, y a medida que nos íbamos despojando de los “tabúes” del pasado, nos hemos ido poco a poco destruyendo como personas. Hasta el 2008, hemos ganado en riqueza y hemos perdido en felicidad. En 2011 parece que somos unos pobres infelices.

¿No tendrá esta sociedad enferma algo de culpa en lo que nos está pasando? ¿Puede una sociedad así crear los 5 millones de empleos que necesitamos?

Photo: Where Angels Cry By Pink Sherbet Photography

14 responses

  1. Interesante reflexión al fin y al cabo la mayoría de los españoles cometió los mismos errores que el estado se endeudo comprando pisos a precio de oro con hipotecas a 50 años y se pidió crédito para cosas inútiles.
    También la sociedad jaleó a ministros sin formación y si se descubría que alguno robaba se sonreía y se decía “eso lo hacen todos”. Ahora tenemos estos lodos.. y parece que se quieren quedar.
    Un saludo.

  2. Hola,

    ni lo uno ni lo otro. El enriquecimiento, el aumento del bienestar no va en contra de la moral y el espíritu.

    Luego el artículo está redactado con “truco”, da la sensación de terminar en el psicólogo, divorciado y sin hijos si uno rompe con la “tradición”.

    Algo de razón no le falta pero es un tema de inteligencia. Siempre ha habido y habrá tontos, o haré uso de el término tan usado de “Inteligencia Emocional”.

    Existen personas con moral y bienes que son felices. Eso si, pocos. Pero tb. personas con antiguos “tabús” que no son felices, ni lo han sido ni lo serán por mucho que lo aparenten.

    La felicidad no es un término que depende de la moral ni de el patrimonio, aunque esté influenciado.

    Depende del corazón. Y este debe de estar en forma. Amar y ser amado para ser feliz.

    Un saludo.

    • Es verdad. Estoy de acuerdo contigo. No digo que si uno es rico vaya a ser infeliz. Ni mucho menos. Lo que digo es que la pérdida de los valores, de las virtudes, puede influir en la crisis económica que vivimos. En mi opinión, gran parte de la crisis actual es debido a una crisis de valores.

      • Crisis económicas las ha habido, las hay y las habrá. Pero no todos tienen una crisis económica, ni de valores ni de nada.

        El culpar a una falta de valores la crisis económica es una argumento muy perligroso. Los valores son relativos y en esa relatividad existen problemas, y si no existe relatividad entonces estamos con el pensamiento único. Además pueden hacer asociaciones erróneas que no entraré ahora a detallar por no gustarme.

        Pero la fábula de la Hormiga y la Zigarra no la he escuchado desde hace mucho tiempo.

        Cuantos han sido Zigarras y cuantos han sido Hormigas en los últimos tiempos.

        Lo siento mucho pero esto me recuerda a los malos y los buenos estudiantes, los malos se mueren de nervios antes de los exámenes y luego lloran cuando suspenden y al final siguen sin enterarse de nada. Los buenos estudiantes el día anterior al examen se iban al cine o con un vistazo del libro habían repasado el trabajo de todo el curso y hacían el examen sin nervios.

        Y podría seguir dando ejemplos

      • Fernando, perdona la tardanza en responder pero he estado de viaje sin apenas acceso a internet.

        Los valores no son relativos. Los valores no nacen del sujeto, los valores son objetivos. Te recomiendo leer “Introducción a una estimativa: ¿Qué son los valores?”, de Ortega y Gasset. Es un ensayo muy cortito pero realmente brillante.
        Tú mismo apuntas a las zigarras y a las hormigas, y estás hablando, por tanto, de valores que hemos perdido: la responsabilidad, la prudencia, el autodominio, o el sacrificio.

        Para mi, por tanto, no es peligroso hablar de una crisis de valores.

  3. Que buena reflexión Julian. Cuando he leído el título, sin duda sabía lo que iba a contestar: “El sistema está en crisis”.
    Ya sabes que acertada o erróneamente, creo en la persona humana por encima de cualquier hecho o circunstancia. Simplemente difiero de Hobbes.
    Pero tras leerlo, como no podía ser de otra forma, has dado la vuelta al argumento, y he debido “cambiar” mis coordenadas con tu argumentación. El Sistema está en crisis, gravísima! Pero las personas, también estamos en una profunda crisis. Ambos estan en crisis, personas y sistema.
    Mal panorama… o muy bueno, porque solo podremos ir a mejor.

    • Hola Juan y Julian,
      Siempre brillantes.
      Juan, lamento comunicaros que todavia podemos ir a peor, de hecho, a mucho peor. Y ahora mas que nunca, dependera de nosotros. No me identifico con los de sol, pero esos ¿minimos? ojala!

  4. Muy bueno Julián.

    Pero hablemos claro. En España muchos se han olvidado de Dios, no por una falta de Fe, sino por pura vaguería, y en parte debido a la suficiencia económica adquirida.

    Cuando éramos pobres había que pedir al Cielo lluvias y parabienes. Ahora que somos “ricos”, ¿quién se quiere acordar de cumplir los Mandamientos/supeditarse a un sistema moral? ¡Pero si tengo pasta en el banco y un buen puestecito!, ¡mejor hago en cada momento lo que me apetece, ya no necesito de nadie ni de nada!

    Me explico, si vas a EE. UU., lo primero que lees en cuanto cambias euros a dólares es “In God we trust”.

    He tenido que coger unos billetes de euro a ver qué pone, ¡no pone nada!, ¡nosotros no creemos en nada!

    Igual el ejemplo no es el mejor traído pero creo que ilustra a dónde hemos ido a parar.

    Hemos pasado de ser un gran país lleno de valores a simplemente acomodarnos a la realidad cambiante.

    Esto explica a la perfección el desmoronamiento del sistema, le hemos quitado las columnas y los pilares al grito de “sin valores se vive mejor/más cómodo”.

    De aquí hemos pasado al todo vale, y el resto de la historia ya la conocéis.

    El problema es que todo esto nos ha llevado a un sistema profundamente corrupto como el que imperaba en la España de Fernando VII, esta vez con los actores cambiados por la fuerza de los años (antes los asuntos los cocinaban el alcalde, el médico y el militar del puesto, ahora el político, el juez y el empresario advenedizo de turno), y del que ahora nos cuesta salir porque nos faltan agallas y la suficiente cultura política para saber identificar a aquel que pueda empezar a trabajar en la limpieza del sistema (evidentemente no me refiero a los chiquilicuatres de Sol).

    Preferimos seguir pensando que nuestros esquemas “libres de incómodas molestias” se acomodan mejor a nuestra idea de la felicidad.

    Y sin esfuerzo ni unas buenas bases-intelectuales y morales- no puede haber evolución.

    • De acuerdo contigo. Vivimos en una época en la que el positivismo es nuestra filosofía predominante. Decidimos lo que está bien y lo que está mal sin un marco moral. Recomiendo ver el video de Dan Horowitz en TED.com en el que argumenta de manera brillante que necesitamos un “sistema operativo moral”

  5. Se pueden hacer muchas reflexiones, pero no se puede ignorar que ante todo está en crisis el hombre mismo y la cuestión de su sentido. El peso de la ideología, nihilista y relativista, ha logrado suprimir la necesidad del hombre por lo veraz, por amar la verdad, por alcanzar el bien… por ser.

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